Juan Cristobal Sanchez

Ha muerto Oswaldo Viteri.

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Quito, 25 de julio del 2023

Ha muerto Oswaldo Viteri.

Recuerdo esa noche en el teléfono el contundente y enérgico -¿y qué quiere?, después de que un muchacho de 14 años le dijera que es artista y que le admira mucho.

Cerró la llamada diciendo, -Lo espero mañana a las 9 de la mañana, anote, calle El Juncal (no recuerdo la numeración) sector Parque de los Recuerdos.

Tuve que faltar al colegio, mi padre me llevó. 

Para ese momento ya había visto todos los videos disponibles en youtube sobre él y había visitado su página web en donde decía que había como visitar su casa. Razón por la cual hice la llamada. (Años más tarde conocería sus obras personalmente en la Casa del Portal en Ambato y en una antológica en el Centro Cultural Metropolitano de Quito).

Al llegar, un ayudante nos hizo pasar. Al ingresar teníamos enfrente un jardín enorme con escultura de un toro en la mitad que generaba el remate visual al entrar. Girando hacia la izquierda se encontraba la casa. Creo que tenía tejas negras. Entramos por el acceso de servicio.

Recuerdo la casa llena de objetos de arte precolombino, colonial y varias obras del maestro.

Nos hicieron esperar en una sala, después de unos minutos, al fondo detrás de nosotros, se escuchaban unos pasos arrastrados que se aproximaban. Al voltear la mirada, estaba él, Oswaldo Viteri, un hombre muy alto y erguido, de contextura ancha y barba blanca. Emanaba una energía tremenda a pesar de que ya había entrado en años, el sonido venía de sus pies, ya los arrastraba al andar.

Mi padre habló más que yo, le comentó que su hijo estaba empezando en el arte y que le había llevado varias acuarelas y dibujos que tenía en su carpeta para que las vea. Llevé una selección especial para él.

No recuerdo qué dijo sobre ellas, además en este punto no importa en relación a lo que iba a suceder momentos más tarde.

Nos llevó a su taller, y dijo, para aprender a dibujar, hay que aprender a ver.

Tomó uno de mis dibujos, y al reverso comenzó a dibujar un pequeño duende tocando el violín que estaba sobre una mesa.

Recuerdo que no despegó la vista de aquel duende y su mano seguía dirigiendo al lápiz. Su mirada llegó por primera y última vez al papel cuando asentaba su firma; Viteri – 2014.

Me lo regaló, a fin de cuentas una obra mía estaba del otro lado.

Mi padre conserva una revista del año 1994, la revista Sitsa, allí hay artículos sobre varios artistas ecuatorianos, uno de ellos; Viteri y un relato sobre la relación del pintor y su modelo. Qué coincidencia, lo vi con mis ojos en otro tiempo.

Vuelvo a ver un video en el que dice – Yo soy Viteri

Posiblemente muchos tengamos alguna anécdota sobre él o sobre su obra, esta es la mía. Los artistas que uno admira de alguna manera siempre están presentes en la mística que nos acompaña.

Gracias y Hasta siempre Viteri. 

Juan Cristóbal